Espacio de Niñez y Derechos

Este Espacio de Niñez y Derechos, es un ámbito en plena construcción colectiva. Tiene como objetivo colaborar en el desarrollo del Sistema de Promoción y Protección de Derechos del Niño. Se encuentra abierto a la participación de todos, y toma sus decisiones a través de Asambleas. Participar es la tarea.

martes, 21 de septiembre de 2010

Plan Revolucionario de Operaciones

Por estas horas y estos días, hace exactamente doscientos años, un joven, al que nuestra historia de masas prefirió oscurecer, tergiversar y olvidar, escribía la letra que daba fundamento a la espada revolucionaria.  Hace tanto tiempo, y sin más libros que los que la universidad de Chuquisaca, pusiera a su disposición como estudiante, sentó las bases fundamentales de una América del Sur unida y habitada de hombres nuevos.  Construir un Estado. Eliminar la esclavitud. Crear la industria. Hacer cesar el juego de los monopolistas. Nacionalización de la minería… 

“En esta virtud, luego de hacerse entender más claramente mi proyecto, se verá que una cantidad de doscientos o trescientos millones de pesos, puestos en el centro del Estado para la fomentación de las artes, agricultura, navegación, etc., producirá en pocos años un continente laborioso, instruido y virtuoso, sin necesidad de buscar exteriormente nada de lo que necesite para la conservación de sus habitantes, no hablando de aquellas manufacturas que, siendo como un vicio corrompido, son de un lujo excesivo e inútil, que deben evitarse principalmente porque son extranjeras y se venden a más oro de lo que pesan; pero como esta materia no sea de este tratado, paso a exponer los medios que deben adoptarse para el aumento de los fondos públicos.”

Puede que quien nos entregara en su palabra y su vida tanta capacidad de futuro, nos impulse aún hoy a construir ese modelo revolucionario.

En cuanto a los arbitrios que deben adoptarse para fomentar los fondos públicos luego que el Perú y demás interior del Virreinato sucumban, para los gastos de nuestra guerra, y demás emprendimientos, como igualmente para la creación de fábricas e ingenios, y otras cualesquiera industrias, navegación, agricultura, y demás, son los siguientes:
Entremos por principios combinados, para desenvolver que el mejor gobierno, forma y costumbre de una nación es aquel que hace feliz mayor número de individuos; y que la mejor forma y costumbres son aquellas que adopta el mismo número, formando el mejor concepto de su sistema; igualmente es máxima aprobada, y discutida por los mejores filósofos y grandes políticos, que las fortunas agigantadas en pocos individuos, a proporción de lo grande de un estado, no sólo son perniciosas, sino que sirven de ruina a la sociedad civil, cuando no solamente con su poder absorben el jugo de todos los ramos de un estado, sino cuando también en nada remedian las grandes necesidades de los infinitos miembros de la sociedad; demostrándose con una reunión de aguas estancadas, las cuales no ofrecen otras producciones sino para algún terreno que ocupan, pero si corriendo rápidamente su curso bañasen todas las partes de una a otra, no habría un solo individuo que no las disfrutase, sacando la utilidad que le proporcionase la subsistencia política, sin menoscabo y perjuicio.”
   
El mejor gobierno, forma y costumbre de una nación, dice Mariano Moreno allá por agosto o septiembre de 1810, es el que hace feliz al mayor número de individuos.  
Mayo de 1810 es un acto revolucionario.  Aún no han podido apagar sus voces de libertad. 

Seremos merecedores del futuro, si no logramos constituir un Estado de derecho para todos, que se anime a transformar las injusticias, y a acabar con la miseria, la ignorancia y con aquellos que no dejan de hacer negocios a costa de la sangre de nuestra gente?

viernes, 10 de septiembre de 2010

Limpieza social

Es un hecho innegable que esta primera década del milenio nos confronta con políticas de exterminio de niños y adolescentes, a pesar de  los discursos en contrario y de las  nuevas legislaciones sobre protección integral de los derechos de la infancia.
La impotencia de los países para hacerse cargo de los desafíos planteados por la globalización económica y financiera se presenta con trazo guiñolesco, a la hora de efectivizar sus obligaciones con los más pequeños y se evidencia en las instituciones generadas para proteger y prevenir la vulneración de los derechos de los niños, que se encuentran inermes y frustradas  frente a la magnitud social de la cuestión y a la escasez de recursos que se les adjudica.
Como contrapartida a este fenómeno hegemónico y arrasador de subjetividades ("menores" y "trapitos"), el proceso de humanización emprendido a nivel universal y regional por  los sistemas de protección de derechos humanos, no logra mitigar los efectos de la globalización económica y financiera que no cesa de profundizar los fenómenos de exclusión social, especialmente en el caso de la infancia.
Niños de y en la calle, madres de la calle, niños y adolescentes en conflicto con la ley penal, niños objeto de trata, trabajo infantil o maternidad adolescente son algunos de los síntomas de una sociedad, que se debate entre su aspiración de constituirse como comunidad o en su "destino fatal" de transformarse en un mercado, que sumerge ingentes cantidades de personas en la vulnerabilidad social, acelerando su tránsito hacia la marginalidad.
Circunscribiéndonos a la situación en América Latina, un millón de niños muere cada año como resultado del hambre, la desnutrición y las enfermedades evitables, y no en manos de niños homicidas.
¿No será que, para poder tolerar esas muertes,  a las "personas de bien" se les hace necesario reavivar el demonio de la infancia dentro del imaginario social?
Si seguimos por esta vía, la gente "de bien" no sólo deberá amedrentarse ante los jóvenes desocupados, negros, "villeros" y "drogadictos", sino que también habrá que incluir a  los niños (sobre todos si son pobres) y a las niñas, a los adolescentes principalmente que son  los más peligrosos porque al crecer los simpáticos caras sucias que corren por las calles solos o rodeando a sus madres en las plazas o debajo de las autopistas, nos dan miedo.
Entonces, contra ellos y para protegernos de ellos, pediremos leyes más severas, disminución de la edad de inimputabilidad, mayor control, represión y mano dura.
De este modo, y olvidando nuestra responsabilidad como sociedad que usufructúa los beneficios de la globalización y de la ausencia sostenida de políticas públicas inclusivas "para todos"  (económicas, educativas, productivas, sanitarias, entre otras), es bastante fácil lograr consenso  dentro de la sociedad civil para continuar y profundizar la campaña de exterminio de niños comenzada en América Latina con la matanza de la Candelaria -programa denominado de "limpieza social" que se sostiene sobre la creencia de que no se necesita esperar a que esos niños crezcan ya que mal alimentados y sin educación, nada puede esperarse de ellos salvo que se conviertan "en un riesgo", "en un peligro para sí y para terceros".
No es necesario esperar a que se crezcan y se conviertan en delincuentes y drogadictos; siendo coherentes con el enfoque de la "limpieza social" basta con "cortar por lo sano y matarlos de chiquitos".
Si alguna duda albergamos ante este cruel panorama y si alguna excusa faltaba para semejante indecencia allí, en nuestras pantallas mediante los noticieros de la mañana, del mediodía, de la tarde y de medianoche, sin olvidar el infaltable canal de noticias 24 horas, en las fotos de los diarios y revistas, están los hechos que sirven de justificación a nuestra impiedad: estos niños nada tienen de inocentes y son capaces de matar y matarse entre ellos.
Parafraseando al Freud de El Malestar en la Cultura, podría afirmarse que una sociedad que extermina a sus niños y adolescentes o que los convierte en homicidas, "ni tiene posibilidades de permanecer, ni se lo merece".

lunes, 6 de septiembre de 2010

Nuevo Plan Represivo contra los jóvenes

Bloque de Seguridad Ciudadana.
Patrullas de Prevención Juvenil

El gobernador Daniel Scioli firmó este martes el convenio para coordinar acciones en la prevención de la violencia juvenil y presentó el Programa de Inclusión Social y Prevención de Reincidencia de los Jóvenes en el Delito. Fue en un acto que se llevó a cabo en el Ministerio de Justicia y Seguridad y del que participaron también el titular de esa cartera, Ricardo Casal, y el ministro de Desarrollo Social, Baldomero Álvarez de Olivera.


Además, el mandatario entregó cuatro unidades móviles de prevención juvenil, que estarán destinadas a trasladar a los jóvenes en conflicto a su seno familiar o al lugar donde la Secretaría del Menor indique.


"Ahora -dijo-, cada uno de los jóvenes que se vayan del equipo del Ministerio van a tener un equipo técnico que los va a acompañar y capacitar, además de una beca que va a pagar la Provincia".


"Cacho" Álvarez especificó que esta iniciativa se va a llevar a cabo a través de un convenio con los municipios. "Cada uno va a tener un equipo de psicólogos y trabajadores sociales que la Provincia va a solventar, para generar también proyectos con los chicos para contenerlos y encausarlos". (Agencia Nova)


Miente el Sr. Gobernador. Miente el Sr. Ministro. Miente el Sr. Gobernador porque lleva ya años desconociendo todas y cada una de las obligaciones a las que la Provincia de Buenos Aires se ha obligado como política de Estado en materia de derechos de la niñez. El Sistema de Promoción y Protección de Derechos del Niño sigue con presupuesto cero. La construcción de los Servicios Locales de Protección de Derechos del Niño está paralizada. Las violaciones de derechos contra niños detenidos no merece interés, ni investigación alguna por el poder Administrador.


Miente el Sr. Ministro de Desarrollo Social, pues toda la diversidad de planes y programas de su Ministerio ha sido vaciada en aras de un Envión… Envión que siguen esperando quienes trabajan en los barrios, en las salas de salud, en los equipos municipales. Un Envión recargado de poder clientelar y vacío de un mínimo criterio de promoción social.

Miente el Ejecutivo provincial, disfrazando de Programa de Inclusión Social, a cuatro patrulleros de la Policía Provincial, que tienen por misión esencial, barrer las caras juveniles, las caras de la pobreza, las caras que se arremangan en la miseria.


Niños que volverán como escasos años atrás a abarrotar institutos de menores, sometidos a las peores prácticas, y violando todos sus derechos.

De todos depende que tantos años de lucha, con tanta niñez hipotecada, y tanta sangre derramada, sean hoy la moneda de cambio.