Espacio de Niñez y Derechos

Este Espacio de Niñez y Derechos, es un ámbito en plena construcción colectiva. Tiene como objetivo colaborar en el desarrollo del Sistema de Promoción y Protección de Derechos del Niño. Se encuentra abierto a la participación de todos, y toma sus decisiones a través de Asambleas. Participar es la tarea.

viernes, 27 de mayo de 2011

Galeano en tiempos de dignidad

Una nueva plaza en busca de su dignidad.
Una charla con el maestro que nos enseñó a recuperar la utopía.



viernes, 13 de mayo de 2011

Sexualidad y Suicidio adolescente.

Sin lugar para los frágiles

Carlos Agüero trabajaba en el campo, estudiaba de noche y visitaba las redes sociales como cualquier otro chico de 17 años. Pero ese ejercicio lúdico de encontrarse con otros y otras se fue convirtiendo en una pesadilla a partir de que un grupo de compañeros de colegio empezaron a agredirlo porque no parecía lo suficientemente macho, porque no había tenido novia, porque sus anteojos eran demasiado grandes. 
Lo tildaban de puto, con todo el menosprecio que puede cargar esa palabra cuando en lugar de decirla se la escupe. El nunca pudo hablar con nadie acerca de su sexualidad, la vergüenza y la sensación de encierro lo llevaron a colgarse de una soga cerca del lugar donde trabajaba. Murió solo, tan solo como se había sentido en la escuela que no quiso o no pudo contenerlo, que sólo exige que sobre su caso no se hable más.



lunes, 9 de mayo de 2011

Gardel canta en Morón

Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran
Ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda
Aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha
Mario Benedetti. "Otoño" (Imsomnio y duermevela)


Era sábado por la tarde.  Un otoño de primavera. Sol mezclado con arcilla, paredes que crecen en graffitis apolcalípticos, reggae voraz, esa extraña mixtura de Selassie y bienestar…  Muchas pelotas desinfladas, chicos arlequines corriendo tras de ellas, tortas fritas de abuelas salidas de cuentos de la infancia.  Así se me presentaba esa tarde el barrio vecino, el de toda la vida, el del viejo colectivo 326 -de Ramos a Palomar- que ya ni siquiera es verde.
Gardel ya no era sólo tango y fango,  sino un barrio que se alza en dignidad militante.  Un nuevo espacio de construcción social, con la mirada de cada vecino involucrado en transformar la realidad más cercana.  Una nueva plaza, un montón de casas de colores con jardín, escuela y centro de salud, y…
Este sábado, otoño de cobres y rojos, aquella “Sole” de ojos increíbles y sus seis añitos se alejaba de cada intento de darle un beso. La mejor alumna, la peor alumna, cuántas rigideces que tiene la escuela…  Sole está contenta abrazada a su Mari de colores, a su guía de cada día, a cada una de sus mamis postizas que de tanto cariño y pasión están construyendo un lugar distinto.
Quedan tantos monoblocks por hacer casas.  Queda tanta miseria por cocer en pan. Queda tanta tristeza en el alma todavía.  Que nada de lo hecho alcanza, que nada de lo puesto es suficiente, que la vida aún se mueve, y que vale la pena que el pulso sea la mirada de la Sole que sigue esquivando mis besos.
Gardel inaugura con fiesta grande su nueva plaza.  Gardel inaugura mucho más que eso. Y eso está bueno.

jueves, 5 de mayo de 2011

Requiem por Javi

Estuve intentando esta semana que la muerte que se encarnó en Javi con sus 13 años en aquella ciudad del Medio Oeste de LA PROVINCIA, pudiera ser asumida con un poquito de vergüenza.  Pero sólo me quedó la vergüenza y nadie reparó demasiado en que aquel Javi, vivió sin ningún ángel que le ayudara a tocar el alma a la gente de su barrio.
La luna había huido aquella noche en el campo, junto a su madre –que aún vive huyendo-, el frío era tanto… el hambre era tanta… la soledad era tanta… La angustia de Javi fue tanta que bastó un nudo, una sábana y un madero para que sus ojos y sus manos volaran hacia la casa del árbol, con Bart, con Liza, y con Maggie.  Ellos fueron los únicos que entendieron que necesitaba compañía, que quería un abrazo, que alguien lo escuchara, y que los golpes, la soledad y el hambre, tan naturales, tan comunes, tan de todos los días, no se reflejaron en la sombra de ningún vecino, de nadie.
La tapa del único diario no dijo nada, y vaya pues que el pueblo es chico y como dicen, nos conocemos todos.  Los equipos especializados no dijeron nada.  La escuela se enteró muy tarde.  La madre sigue huyendo.  Los vecinos ahora tienen algo para comentar en el mercado.  Menores… uno menos.
Hubiera sido distinto seguro, de haberse enterado Javi que no era un menor, sino un niño.  Si Javi hubiera sabido que era un sujeto de derechos.  Hubiera sido imposible su velatorio desolado y su tumba invernal, seguramente su armadura de derechos del niño lo hubiera protegido de tanta inmunda desidia,  de tanta hipocresía universitaria, de tanto desparpajo mediático y criminal.
Nada podemos hacer por Javi ya.  Tal vez acompañar su despedida con la ironía murguera de La Mojigata.    Y seguir trabajando, por la sensibilidad en el mundo.