Doscientos años
después,
La tortura está
inscripta en el ADN de las fuerzas de seguridad.
La tortura aún hoy,
es parte de la instrucción de grupos de élite de algunas fuerzas de seguridad.
No todos torturan.
Algunos torturan.
Si nuestra comunidad
lo tolera, si en algún caso lo admite y/o lo justifica, si no inmoviliza a
quienes la practican y reprocha sus miserias, si no censura a quienes la
toleran y compromete a sus representantes, habremos perdido otra nueva
oportunidad.
Una sociedad que
admite la tortura es una sociedad sin libertad.
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